Las moscas panteoneras y . . .


Una más sobre ciencia y salud, larvas de mosca panteonera como curación?

En el artículo “Moscas verdes para sanar heridas ” se menciona que el cirujano Jean Dominique Larrey en la batalla Napoleónica contra Austria (1809) aplicó a gran escala larvas de mosca verde metálica o panteonera (Lucilia sericata, cuyo nombre se refiere a que se alimenta de carne putrefacta). El resultado fue que los soldados se recuperaron tan rápidamente que se reincorporaron al frente de batalla y el galeno recibió el título de Barón.

En los años veinte su uso se extendió en Estados Unidos y dos décadas después se aplicaron en 300 hospitales de ese país aproximadamente. La
aparición de la penicilina los desplazó. Fines de los ochenta, Ronald A. Sherman retomó las larvas como antibiótico y difundió los resultados por seminarios y revistas de ciencia. Así, un equipo encabezado por Rosa Lidia Solís Oviedo, estudiantes de ingeniería bioquímica del Instituto Tecnológico Superior de Coatzacoalcos, Veracruz (Itesco, DGETA), se enteraron de los beneficios de la terapia con larvas de mosca e intentaron descubrir las propiedades de las larvas para desarrollar un medicamento que rescatara las bondades antibióticas del díptero, en lugar de poner las larvas directamente en la piel infectada.

Debidamente asesoradas aislaron la Luciliacina, medicamento contra infecciones en la piel, que obtuvo el primer lugar en la categoría de ciencias básicas en el XVIII Concurso Nacional de Creatividad, organizado por la Dirección General de Institutos Tecnológicos de la Secretaría de Educación Pública. La Luciliacina es una pomada hecha con la extracción de la secreción de la larva de la mosca verde metálica que ataca el núcleo de la célula de los microbios y provoca una actividad acelerada hasta que el microorganismo infeccioso estalla. Además, contiene una sal que ayuda a regular el pH (grado de acidez) de la herida, así como una sustancia denominada alantoína, que acelera la regeneración de tejido dañado. La secreción inhibe la concentración de bacterias como Escherichia coli, Pseudomona aeroginosa, Salmonelas sp, Klebsiella ozanae, Klebsiella neumoniae, Serratia, Marcescencs, Listeria y Estrafilococo áureo. Acorde a sus resultados, el medicamento ayudaría a tratar úlceras en piernas, rozaduras, quemaduras e infecciones posoperatorias.

El equipo aún no recibe ofertas para producirlo en laboratorios farmacéuticos, pero están gestionando la certificación de la Secretaría de Salud, así como la patente en trámite (los gastos de papeleo fueron parte del premio del concurso de creatividad). Su investigación ha valido para que fueran invitados a la Sexta Conferencia Internacional de Bioterapia en Turquía, para exponer el proyecto ante más de 100 connotados científicos, pero no pudieron asistir y mantienen abierta la invitación para el próximo año. Mientras comenzarán con la segunda fase del experimento: las pruebas en ratones y después en humanos. Rosa Lidia Solís señalo “Estamos muy ilusionados con la investigación, ya que sabemos que aportaremos un beneficio real a la sociedad y contribuiremos a combatir un problema de salud pública”.

Qué paradoja, quién en su “sano juicio” pensaría higiénico aplicar larvas de moscas en heridas?